sábado, 16 de noviembre de 2013

NEWS ABOUT STONEHENGE




The people who built Stonehenge in southern England thousands of years ago had wild parties, eating barbecued pigs and smashing up pottery. This is according to recent work by archaeologists—history experts who investigate how human beings lived in the past.

Archaeologists digging near Stonehenge on Salisbury Plain last year discovered the remains of a large prehistoric village where they think the builders of the mysterious stone circle used to live.

The village was shown to be about 4,600 years old, the same age as Stonehenge and as old as the pyramids in Egypt. The village is less than 2 miles (3.2 kilometers) from Stonehenge and lies inside a massive manmade circular earthwork, or “henge,” known as Durrington Walls.

Remains found at the site included jewelry, stone arrowheads, tools made of deer antlers, and huge amounts of animal bones and broken pottery. These finds suggest Stone Age people went to the village at special times of the year “to feast and party,” says Mike Parker Pearson from Sheffield University in England.

He said many of the pig bones they found had been thrown away half-eaten. He also said the partygoers appeared to have shot some of the farm pigs with arrows, possibly as a kind of sport before barbecuing them.

An ancient road which led from the village to a river called the Avon was also unearthed. Here, the experts think, people came after their parties to throw dead relatives in the water so the bodies would be washed downstream to Stonehenge.

The experts believe Stonehenge was a like a cemetery where ancient Britons buried the dead and remembered their ancestors. “The theory is that Stonehenge is a kind of spirit home to the ancestors,” Parker Pearson says.

Next to the village there was a giant wooden version of the famous stone circle. Archaeologists say this timber circle, which was only temporary because it eventually rotted away, was a symbol of life. Stonehenge, on the other hand, was a permanent symbol of the afterlife.

Parker Pearson says the recent discoveries made around the newly found village show that Stonehenge didn’t stand alone but was part of a much bigger religious site.

People still come to worship and celebrate at Stonehenge today. They meet there when the sun sets on the shortest day of winter and when it rises on the longest day of summer. But the days of barbecuing whole pigs there and throwing family members into the river are a thing of the past.

Text by James Owen

domingo, 10 de noviembre de 2013

 
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miércoles, 6 de noviembre de 2013

HISTORIA DE ALMERÍA


Que Almería es un lugar con historia, queda lejos de toda duda; fenicios, romanos y árabes entre otros, dejaron su impronta allá por donde pasaron. La mayor parte de dicha huella quedó perceptiblemente plasmada en sus numerosos pueblos y ciudades, en sus monumentos, calles, edificios.

Pero, la historia de la capital comienza, como no podía ser de otro modo, en el Cerro de la Alcazaba, que fue poblado ya en época prehistórica, en la Edad de Bronce. Después llegaron los fenicios, y algo más tarde los romanos quienes ocuparon la zona desde el primer siglo de la era a las últimas producciones de cerámica fina.

La gran historia de Almería comienza en efecto con la ocupación musulmana, iniciada el año 713 a manos fundamentalmente de poblaciones de origen bereber y yemení, cuya más pronta aportación fue la remodelación sustancial del paisaje y método agrícola.

Las primeras noticias fidedignas sobre la Almería Musulmana se remontan al siglo IX, cuando Abd al-Rahman encomendó la vigilancia de la costa a un grupo de yemeníes con el fin de impedir el desembarco de los normandos. Junto a la población autóctona, se formó una república de marinos con sede en Pechina, y cuya prosperidad se basaba en el comercio, especialmente con el Norte de África.

Pechina se engrandeció y adquirió características de verdadera ciudad, siendo Almería en los siglos IX y 1º mitad del X, el barrio marítimo de Bayyana, habitado por comerciantes y pescadores y defendido por una torre vigía o atalaya, para así controlar fácilmente la bahía.

La torre de vigilancia se situaba en lo más alto del Cerro de la Alcazaba, en lo que hoy es el tercer recinto. De esta torre vigía o atalaya procede el nombre de la ciudad: Al-mariyat Bayyana, la atalaya de Pechina.

La fundación oficial de la ciudad en 955, año en que Abderramán III (o Abd-er-Rahman) ordenó iniciar las obras de una fortaleza, la Alcazaba, cuyo objetivo era defender el área de la amenaza que suponía el califato fatimí, oriundo de Túnez. La Alcazaba se convierte así en la fortaleza musulmana más grande de España y de Europa, con 43.000 metros cuadrados que le permitían albergar todo un destacamento militar de 20.000 hombres, los palacios de los sucesivos reyes e incluso lugares de resguardo para la población en caso de ataque.

De la época musulmana se conservan innumerables restos. A la Alcazaba y los restos de la mezquita mayor hay que sumar los aljibes de Jairán. También se conservan lienzos de la muralla del puerto y restos de la puerta de Pechina, en el subsuelo de la Rambla Obispo Orberá.

En 1489 los Reyes Católicos conquistaron Almería. El siglo XVI es el siglo del retroceso y abandono de la ciudad y la provincia. Especialmente funesto fue el seísmo de 1522, que destruyó la ciudad casi completamente y redujo la población a tan solo 700 habitantes que se asentaron en torno a la catedral de nueva construcción. La Catedral de Almería es un gran ejemplo de edificio defensivo de la época. La segunda mitad del siglo XVI estuvo marcada en toda la provincia por el levantamiento y posterior expulsión de la población morisca. Los siglos XVII y XVIII son quizá los más desconocidos de la historia almeriense. En esta época las condiciones de despoblación y aislamiento son penosas, sin embargo, hay una gran actividad cultural y etnológica. En 1640 se edita el primer libro en Almería.

El siglo XIX rubricó la lenta recuperación iniciada los dos siglos anteriores. Almería fue testigo de una segunda edad de plata, sobre todo a finales de la centuria, que tuvo su origen en la apertura comercial y la consolidación de la minería y la agricultura desde las primeras décadas de siglo.
La fisonomía de la ciudad sufrirá un cambio drástico en lo que se ha venido a llamar la evolución de ciudad conventual a ciudad burguesa. En efecto, Almería se derrama fuera de sus murallas, que terminan siendo derruidas casi completamente en 1855. Se urbanizan los amplios perímetros monásticos (huertas, campos), recién desamortizados, dando lugar a plazas como la de San Francisco (actual de San Pedro). Se dota a la ciudad de un sistema de alcantarillado y agua potable. Se trazan nuevas calles, se abre la nueva Puerta de Purchena, es encauzada la Rambla de Belén y el eje de la ciudad se desplaza de la c/ Real al novísimo Boulevard, de clara inspiración francesa, que tantos otros nombres recibiría antes de convertirse en el actual Paseo de Almería.