La causa inmediata que provocó el
estallido de la primera guerra mundial fue, como ya sé mencionó, el
asesinato del archiduque de Austria-Hungría, Francisco Fernando, en
Sarajevo Serbia, el 28 de Junio de 1914.
Los verdaderos factores que
desencadenaron la I Guerra Mundial fueron el intenso espíritu
nacionalista que se extendió por Europa a lo largo del siglo XIX y
comienzos del XX, la rivalidad económica y política entre las distintas
naciones y el proceso de militarización y de vertiginosa carrera
armamentística que caracterizó a la sociedad internacional durante el
último tercio del siglo XIX, a partir de la creación de dos sistemas de
alianzas enfrentadas.
El nacionalismo | Ver Nacionalismo |
La Revolución Francesa y las Guerras
Napoleónicas habían difundido por la mayor parte del continente europeo
el concepto de democracia, extendiéndose así la idea de que las
poblaciones que compartían un origen étnico, una lengua y unos mismos
ideales políticos tenían derecho a formar estados independientes. Sin
embargo, el principio de la autodeterminación nacional fue totalmente
ignorado por las fuerzas dinásticas y reaccionarias que decidieron el
destino de los asuntos europeos en el Congreso de Viena (1815). Muchos
de los pueblos que deseaban su autonomía quedaron sometidos a dinastías
locales o a otras naciones. Por ejemplo, los estados alemanes,
integrados en la Confederación Germánica, quedaron divididos en
numerosos ducados, principados y reinos de acuerdo con los términos del
Congreso de Viena; Italia también fue repartida en varias unidades
políticas, algunas de las cuales estaban bajo control extranjero; los
belgas flamencos y franceses de los Países Bajos austriacos quedaron
supeditados al dominio holandés por decisión del Congreso.
Las revoluciones y los fuertes
movimientos nacionalistas del siglo XIX consiguieron anular gran parte
de las imposiciones reaccionarias acordadas en Viena. Bélgica obtuvo la
independencia de los Países Bajos en 1830; la unificación de Italia fue
culminada a cabo en 1861, y la de Alemania en 1871. Sin embargo, los
conflictos nacionalistas seguían sin resolverse en otras áreas de Europa
a comienzos del siglo XX, lo que provocó tensiones en las regiones
implicadas y entre diversas naciones europeas. Una de las más
importantes corrientes nacionalistas, el paneslavismo, desempeñó un
papel fundamental en los acontecimientos que precedieron a la guerra.
El imperialismo: | Ver Imperialismo |
El espíritu nacionalista también se puso
de manifiesto en el terreno económico. La Revolución Industrial,
iniciada en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII, en Francia a
comienzos del XIX y en Alemania a partir de 1870, provocó un gran
incremento de productos manufacturados, por lo que estos países se
vieron obligados a buscar nuevos mercados en el exterior. El área en la
que se desarrolló principalmente la política europea de expansión
económica fue África, donde los respectivos intereses coloniales
entraron en conflicto con cierta frecuencia. La rivalidad económica por
el dominio del territorio africano entre Francia, Alemania y Gran
Bretaña estuvo a punto, desde 1898 hasta 1914, de provocar una guerra en
Europa en varias ocasiones.
La expansión militar:
Como consecuencia de estas tensiones,
las naciones europeas adoptaron medidas tanto en política interior como
exterior entre 1871 y 1914 que, a su vez, aumentaron el peligro de un
conflicto; mantuvieron numerosos ejércitos permanentes, que ampliaban
constantemente mediante reclutamientos realizados en tiempo de paz, y
construyeron naves de mayor tamaño. Gran Bretaña, influida por el
desarrollo de la Armada alemana, que se inició en 1900, y por el curso
de la Guerra Ruso-Japonesa, modernizó su flota bajo la dirección del
almirante sir John Fisher. El conflicto bélico que tuvo lugar entre
Rusia y Japón había demostrado la eficacia del armamento naval de largo
alcance. Los avances en otras áreas de la tecnología y organización
militar estimularon la constitución de estados mayores capaces de
elaborar planes de movilización y ataque muy precisos, integrados a
menudo en programas que no podían anularse una vez iniciados.
Los dirigentes de todos los países
tomaron conciencia de que los crecientes gastos de armamento
desembocarían con el tiempo en quiebras nacionales o en una guerra; por
este motivo, se intentó favorecer el desarme mundial en varias
ocasiones, especialmente en las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907.
Sin embargo, la rivalidad internacional había llegado a tal punto que no
fue posible alcanzar ningún acuerdo efectivo para decidir el desarme
internacional.
De forma paralela al proceso
armamentístico, los Estados europeos establecieron alianzas con otras
potencias para no quedar aisladas en el caso de que estallara una
guerra. Esta actitud generó un fenómeno que, en sí mismo, incrementó
enormemente las posibilidades de un conflicto generalizado: el
alineamiento de las grandes potencias europeas en dos alianzas militares
hostiles, la Triple Alianza, formada por Alemania, Austria-Hungría e
Italia, y la Triple Entente, integrada por Gran Bretaña, Francia y
Rusia. Los propios cambios que se produjeron en el seno de estas
asociaciones contribuyeron a crear una atmósfera de crisis latente, por
la cual el periodo fue denominado ‘Paz Armada‘
Fuente: http://historiaybiografias.com/guerra1/
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